Resulta que las tendencias de la nueva élite intelectual bolivariano-feminista que
lidera este país han determinado enseñarles a nuestros hijos que el sexo es un
accidente, que no existe como tal salvo en las mentes calenturientas de la
derecha.
Sin embargo la raza sí, y cualquier periodista, juez o policía, por
mencionar solo a algunos, se han convertido en antropólogos. De tal forma que
en sus noticias el periodista, en sus diligencias el juez y en sus informes el
policía, determinan la raza del sujeto sin despeinarse, así un gitano para
ellos es un “individuo de etnia gitana”, por supuesto sin hacerle un idiograma
que determine la procedencia de sus genes en su ADN, que podría darles
bastantes sorpresas sobre su verdadera etnia.
Los negros para ellos son “individuos de origen subsahariano”, cuando
solo saben de ellos que son negros, y sin parase a pensar que puede ser yankees
o noruegos en sus orígenes, y no necesariamente haber nacido en África y por
debajo del Sahara.
Por favor no uséis eufemismos sin tener ni idea. Llamad al gitano,
gitano y al negro, negro, así lo entenderéis vosotros, ellos, y hasta nosotros. Gracias nanos.
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