19/1/17

NIÑOS PRODIGIO



Casi siempre han sido un problema más que otra cosa.
Con la personalidad aún sin formar y admirados por propios y extraños, se les subía descontroladamente el ego, muchas veces inducidos por sus progenitores, y se convertían en ególatras prepotentes y bastante impresentables, y de manera siempre inversamente proporcional a su edad.
La buena noticia era que su radio de acción no trascendía al familiar y en contados casos al municipal, pero ahora, con todas las comunicaciones tan variopintas y eficaces que tenemos se te pueden colar hasta  el comedor de casa haciendo sus monerías, ya sea en la versión niño(a) cantor o cocinero(a) y, aunque existen otras, estas dos son las más prodigadas en concursos y tablaos televisivos, así que estamos, entre todos, induciendo a los niños a que sean cocineros o cantores.
Nada de estudiar demasiado, que eso aburre y te suspenden, cocinero y cantor de oído es lo mejor para nuestros niños, aunque como eso no les gusta a todos (afortunadamente), algunos ya empiezan a preguntar a sus padres que si para ser Belén Esteban hay que estudiar. Son vagos pero no tontos.

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